lunes, 14 de mayo de 2012

El último aliento

Estábamos en clase y nos explicaban qué es el espacio muerto anatómico. Básicamente se trata de un conjunto de vías que almacenan un volumen de aire que no se controla voluntariamente durante la respiración normal, sin embargo siempre está ahí... como reserva... como última reserva a decir verdad, ya que es el último lugar del que se tira cuando el cuerpo se va quedando sin oxígeno y está a punto de decir basta...

En mi caso... he tenido la oportunidad de experimentar lo que es hacer uso de dicha reserva...


La experiencia


Fue en un accidente de tráfico en el que un compañero tuvo que sacarme (al segundo intento...) cuando quedé aprisionado por el cinturón de seguridad (sí, ese que dicen que siempre hay que llevar puesto...) mientras me presionaba el tórax e iba sacando hasta la última gota de aire de mi cuerpo... hasta el último aliento.

En los infructuosos instantes que transcurrieron desde la colisión hasta que mi compañero consiguió sacarme (Vicente, gracias por insistir...), he de decir que hubo un momento en el que llegué a tomar conciencia de que hasta aquí habíamos llegado... que ese era mi final en este mundo y que lo mejor que podía hacer era aceptarlo porque ya se habían quemado todos los cartuchos... o casi todos, porque me equivoqué.


En ese instante el tiempo se dilata... dejas de respirar pero no le haces caso... tan solo piensas que te vas a ir y qué te dejas pendiente, pero que por otro lado... ¿qué importa ya...?


De pronto, cuando ya tienes el cuerpo hecho... la vida vuelve a ti de golpe... de sopetón... cuando ya te habías despedido de ella... como un resorte que se estaba comprimiendo y que salta con violencia...

El aire entra con tanta fuerza que duele... con un caudal que necesitaría tres bocas para poder ser inspirado... con tal intensidad que parece que los pulmones te van a reventar... pero que entra en ti sin pedir permiso...

Metafóricamente las nubes se abren, los querubines tocan las trompetas en una celestial sinfonía y la luz vuelve a ti... una luz que hará que ya nunca veas las cosas igual, al menos en mi caso.


La reflexión


Suena a tópico, pero estas cosas te cambian la vida. Habría que ser demasiado insensible, pienso yo, como para que no lo hagan.

Yo tiendo a pensar que fue "un toque de atención"... una lección que debía aprender. Tenía veinti muchos y pensaba que me iba a comer el mundo... nunca pensé que el mundo me podía comer a mi (y menos de golpe y sin avisar).

El orden de valores cambia radicalmente. Se trastoca de arriba abajo... dejas de encabezar tu lista particular (ocupando primer, segundo y tercer puesto) para dejar lugar a "otras cosas". Procuras ser algo menos egoísta y empiezas a tomar conciencia de "qué carajo hago yo aquí"... al menos, tomas conciencia del camino... (otra cosa es seguirlo...), y procuras reenfocarte.


Procurando tomar conciencia...


A mi modo de ver, intentando sintetizar y sin enrollarme demasiado, pienso que las lecciones más importantes que aprendí tras "el incidente" fueron:
  • Con ayuda se puede salir de todo. No somos más débiles por no ser capaces de hacer las cosas sin ayuda... probablemente seamos más necios si no reconocemos que necesitamos ayuda. Apóyate en quien realmente te quiere y está ahí. Probablemente tú harías lo mismo. Por la misma regla de tres, procura estar ahí para quien pueda necesitar tu ayuda.
  • El cuerpo es frágil... hay que cuidarlo. Nos creemos indestructibles... El cuerpo es una gran obra de ingeniería... pero se rompe. Y además se va rompiendo poco a poco si no se cuida, se degrada... Es el que nos va a acompañar toda la vida... así que además de que seguro que queremos que ésta sea lo más larga posible, que sea también con la máxima calidad (mejor calidad que cantidad, la verdad...). Y si no encuentras la forma de cuidarlo como se merece, al menos, procuremos no abusar de él...
  • No tomarle demasiado cariño a las cosas. El día que nos vayamos, no nos vamos a llevar nada... indudablemente nada material... siento contradecir a los egipcios... Ni siquiera tu vida es tuya... no te pertenece... es un préstamo. Procuremos rentabilizar nuestra más valiosa inversión y pensemos como nos gustaría ser recordados... ¿porque "tuve" o porque "fui"...?.
  • Un día no estaremos aquí. No olvidemos que, como alguien dijo, la muerte está tan segura de su objetivo, que nos da toda una vida de ventaja, pero, sin embargo, el tiempo que podamos disfrutarla sí podemos decidir qué hacer con ella... Procuremos cultivar lo que realmente importa y pasar de lo que no.

Señores... la vida es muy corta como para complicarnos y perder el tiempo con lo que no merece la pena...  y además, como dijo Abraham Lincoln...

"Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años."



6 comentarios:

  1. Muy bonita reflexión y muy cierta, todos deberíamos tenerla presente más a menudo.

    ResponderEliminar
  2. Muy buena reflexión. El ser humano pierde el norte fácilmente
    llevado por la corriente de la vida, sin darse cuenta de que al final se nos preguntará ¿Cómo utilizaste los talentos...?

    ResponderEliminar
  3. Tantas mañanas nos levantamos como si fuéramos eternos... que malgastamos la energía en cosas tan banales.... No se, quizá esa sensacion de eternidad, no es de nuestra vida particular, sino que es algo genetico de nuestra especie... Miro a mi perro, tumbado en el cojín, eternamente sin prisa, con sus ojos abiertos, y siempre me pregunto qué pensará, qué concepción tendrá de la vida, del tiempo, de la felicidad... sus ojos parecen tan sabios...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy contigo... yo miro a mi gato y me invade la misma sensación... alguna vez hasta lo envidio...

      Gracias y un abrazo.

      Eliminar
  4. Te doy toda la razon en lo que dizes , tambien yo estuve rozando la muerte , pero otra manera ,y es cierto que cuando te pasa esto tus prespectivas de la vida cambian totalmente ,hoy acabo de enterrar a mi padre ,ha muerto con 92 años , y he hestado a su lado hasta el ultimo minuto , he sacrificado muchas horas para poder cuidarlo , pero no estoy arrepentida ,he hecho lo que mi corazon me dictaba , sin esperar reconpensas he hestado a su lado en el ultimo aliento.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, y sobre todo, mucho ánimo en estas horas tan duras. Ahora otro ángel cuida también de ti.

      Un fuerte abrazo.

      Eliminar

Gracias por tu comentario. Así nos enriquecemos todos ! ;)